jueves, 22 de septiembre de 2011

Disco 3: Flopa-Manza Minimal: Flopa-Manza-Minimal


“Jugar de local”..Desde que lo escribí, yo solita me metí en un brete porque ¿qué es jugar de local? ¿Es un disco argentino o un disco platense? La forma que encontré para saldar ese dilema es hacer ese doble recorte: esta semana un disco argentino y la siguiente un trabajo de algún artista platense.
Entonces, esta semana volví sobre mis pasos para trabajar el disco que debería haber sido reseñado viajes pasados.

1. Los días por llegar
Un disco conocido, referenciado por muchos, es poco probable que pueda decir cosas nuevas al respecto. Suena la chicharra del tren, el último aviso para dar comienzo.
Los días clarean cada vez más temprano y creo que este es un disco para despertar viendo el amanecer, respirar profundo para recobrar el aliento porque hay que seguir. Es emprender el viaje por necesidad, para sanar. Estos tres músicos realmente logran una fusión de sus caminos, integrando sus ritmos sin desentonar, todo esta puesto en su justa medida.

2. La voz del viento
El viento se hace presente en sus voces, en sus letras y se cuela por las aberturas del tren. Mencionan al mar y me traspasa porque es lo que más me hace falta de vivir en la La Plata. Extraño la calma que me provocaba ver el mar, ante los enojos sumergir la cabeza y con una ola fría tranquilizarme. Vivir con el frenetismo de las ciudades hace que perdamos los detalles, este ejercicio de escribir es una apuesta a recobrarlos.

3. Trampas
Manza entra en escena, poniéndole palabras a una situación recurrente, casi familiar, buscar superar un escollo que esta ahí. Ser felices con una equivocación.

4. El Almaherida
Hoy el tren sale demorado y ya queme tres canciones y aún no llegue a Tolosa. Pierdo la fe y Flopa me acompaña, entiendo que sabiamente canta “decir que si cuando se siente no” y el “no” debe ser el comienzo del todo. Poder recuperar la voz y el destino; asumir las situaciones como propias, ya no por dejar que otros hagan. Por lo menos en el tren, uno se distrae de portar el alma herida, al ver la sucesión de paisajes es posible pensar que alguna de esas vidas puede ser mía.

5. Cruzando el ancho mar
Y recibo un sacudón, me obligo a frenar la mente, sentir la adrenalina de un nuevo comienzo, buscar en los ojos del otro ese brillo cómplice. Este malestar nervioso que me moviliza, me arroja una y otra vez a querer.

6. Zig Zag
Recuerdo la radio de mi papá con sus perillas y mis intentos por sintonizar por las noches las emisoras de Buenos Aires para escuchar esas canciones que hoy son tan mías. Descubrir una vía de escape, pensar en todos esos lugares que quería conocer y así poder rebelarme fundamentalmente contra el estar quieta. Todos estos desplazamientos tienen que conducirme a algo mejor, es posible torcer las rutinas.

7. Sonajeros
No puedo evitar pensar en vos, en los años que han pasado, lo que nos costo salir de esa lógica perpetua de la repetición de la que fuimos presos. Con cuidado pero con daños pudimos liberarnos, de creer que en esa fatalidad de lo irremediable de nuestros encuentros…

8. Dejadez
Cómo recuerdo esos momentos, donde te vence el hastío y lo que cuesta salir. Y ahora llegan las mañanas y puedo contemplar los rieles y pensar todas las historias que se desplazan en un tren. En Gonnet pienso que no se puede volver, que todas nuestras elecciones construyen senderos que nos hacen fuertes y nos predisponen para forjar otro destino.

9. Debajo del Álbum Blanco
Y la música ocupó tu lugar. El guarda me pide el boleto por primera vez desde que viajo y me distrae, veo los agujeros que le hizo al papel, vuelvo a las canciones pensando en las marcas, mientras es invocado el álbum blanco y está bien, ¿acaso alguien puede competir con eso? No hay conjunción más bella que integrar los discos y las personas.

10. No más
Me he dado cuenta a medida que avanzan las canciones, que éste es el viaje más introspectivo que he hecho. Reconozco que éste es un gran disco para hacer un “viaje interior” pero no pensé que iba a estar tan ausente el paisaje. Las cosas se desplazan y yo pienso en las separaciones. El miedo que todos sentimos y que afortunadamente a veces enfrentamos.
Una despedida no tiene porque ser amarga, este trabajo tiene mucho de desamor pero perfumado con bellísimas melodías. Del dolor puede salir lo bello, hay que dejarlo ser, sacarlo a la luz y sanar.

11. Abrazo Impacto
Siento que ésta debiera ser la última canción mientras miro una glorieta que está rumbo a Pereyra y quisiera bajarme a caminar. Algo de la furia creadora de ese “Abrazo impacto” lo siento como aferrase a seguir. Frente a lo incierto está bien que nos asuste pero es mejor que nos excite, que provoque la adrenalina de un orgasmo. La canción nos dará el marco.

12. Bye Bye
La reflexión final, los años nos dan precisiones para hacer mejores lecturas, recuperamos el aliento cada vez más fácilmente y hasta sabemos poner el cuerpo para que el golpe duela menos.

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